El Interventor



Me llamo Arxos porque no soy nadie a quien se pueda definir; soy el ingrediente equis, la fórmula secreta. Aunque si quieres una definición más cercana a mí, tal vez mi cometido sea lo más acertado para ello. Soy "el hombre del saco", "la mano negra". Soy un suplantador, un implicador, un instigador. Soy un planificador, un agitador, un maquinador. Soy un manipulador.

Soy Arxos. El Interventor.

Formo parte de un departamento dentro de la compañía Merschwellman AG, que tampoco tiene nombre. Estamos por debajo del sistema, a espaldas del sistema, ignorados del sistema. Indetectables, inaprensibles, indefinibles. En el subterráneo, en las cloacas, en los suburbios. Otros mueven los hilos, manejan las máquinas. No somos de esos. Somos los que llevamos a cabo la injerencia, los que trastocan, los que agitan. Somos la mano debajo de la mesa, el trato en la sombra.

Tú piensas que conoces quienes dictan las normas, quienes hacen política, quienes manejan tu vida. Bonita ilusión. Despierta, porque nada de eso es real. Aquí te cuento mis secretos, que son "sus" secretos; que son, en realidad, todos los secretos. Los secretos que te obligan a ir a trabajar, a salir a la compra, a pagar ese precio que nosotros imponemos.

Somos los que nunca salimos en la foto porque, sencillamente, nosotros estamos manejando esas cámaras en las sombras y a tus espaldas.

Somos los que pueden hundir tu vida en un instante, o borrarte de las estadísticas y de los registros como si jamás hubieras existido. Nunca pierdas de vista tus espaldas. Allí, estamos nosotros.

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